miércoles, 27 de diciembre de 2017

La lectura o la vida. Año 2017.






Ha sido un año de lecturas consistentes y en algunos casos sesudas. Muchas han sido entretenidas y muy sugestivas intelectualmente. Sin embargo, he echado en falta más literatura, narraciones y relatos que me ofrecieran una sensación deslumbrante y aventurera. Lo achacaré a mis estados de animo y necesidades durante estos meses. No es fácil elegir siempre. Para los próximos años, debo elegir propósitos de viajes, conciertos, momentos... y ampliar el foco. El tiempo apremia.


Enero,

La industria de la felicidad, un contundente ensayo sobre la felicidad obligatoria de Occidente, su búsqueda como síntoma y los humanos, demasiado humanos motivos que la suscitan.

Desde los años sesenta, las economías occidentales han tenido que afrontar un problema fundamental: dependen cada vez más de nuestro compromiso psicológico y emocional (ya sea en el trabajo, con las marcas comerciales, con nuestra propia salud y bienestar), pero también cada vez les resulta más difícil conseguirlo. Las formas de renuncia personal a dicho compromiso, muchas veces manifestadas como depresión y enfermedades psicosomáticas, no sólo redundan en el sufrimiento experimentado por el individuo sino que alcanzan consecuencias económicas, con la consiguiente preocupación para gobernantes y directivos. Sin embargo, los datos que aporta la epidemiología social describen un panorama inquietante, en el que la infelicidad y la depresión se concentran en las sociedades muy desiguales, marcadas por los valores fuertemente materialistas y competitivos. En los lugares de trabajo se hace creciente hincapié en el compromiso comunitario y psicológico, pero las tendencias económicas a largo plazo discurren en sentido contrario, hacia la atomización y la inseguridad. Tenemos, así, un modelo económico que atenúa los atributos psicológicos que, a la vez, precisa para su supervivencia.

Recomendado para leer por la mañana, antes de encaminarse a trabajar.


Febrero,

Hillbilly, una elegía rural. Su elocuente subtítulo, "Memorias de una familia y una cultura en crisis" ofrece una prometedora perspectiva acerca de la vida cotidiana y puntos de vista sobre la decadencia de una clase social, antaño dirigente, que ha aupado a Donald Trump al poder. Creo que sentimentaliza en exceso acerca de una realidad que no es más implacable con nadie; simplemente, hay quienes sienten que las vida les debe más. De cualquier modo, ofrece un apreciable intento de comprender que no hay nadie con una vida regalada, tampoco.

Quizá sea blanco, pero no me identifico con los WASP (blancos anglosajones protestantes) del Nordeste. En cambio, me identifico con los millones de americanos blancos de clase trabajadora y de ascendencia escocesa e irlandesa que no tienen un título universitario. Para esa gente, la pobreza es una tradición familiar: sus antepasados fueron jornaleros en la economía esclavista del Sur, después de eso aparceros, posteriormente fueron mineros del carbón, y en tiempos más recientes maquinistas y empleados de acerías. Los estadounidenses los llaman hillbillies, rednecks (cuello rojo) o basura blanca. Yo los llamo vecinos, amigos y familia. 

Para leer una tarde de verano con calor pegajoso y tomando limonada.


Marzo,

El prisionero de Zenda, una gozada. Un relato que no aspira más que a hacernos sonreír e imaginar, si es que son cosas distintas. Como me gustaría ir de vacaciones a Ruritania y sonyar con aventuras pasadas de moda y por eso mismo, eternas.

Pienso lo mismo, pero quiero saberlo con certeza. Acudiré á la cita, Sarto.
— No, yo iré.
— Hasta la puertecilla del muro, pero no más adelante. 
— Iré al cenador.
— ¡ Que me ahorquen si lo permito! exclamé levantándome y apoyando la espalda en la repisa de la chimenea. Sarto, añadí, tengo confianza en esa mujer, é iré.
— Pues yo no tengo fe en ninguna mujer, y no irá.
— O acudo a la cita o me vuelvo a Inglaterra, le dije. 

Para leer al volver del trabajo y soñar otra vida.


Abril

La edad de la ira/Estudios del malestar/La democracia sentimental, tres ensayos que indagan sobre la condición de nuestro tiempo, el malestar que sentimos como ciudadanos, la búsqueda de una plenitud frustrada por instancias que sentimos lejanas y el sentimiento de vacío y cólera que despierta vernos marchitando sin lograr dar fruto. Y un conveniente recordatorio: la dinámica ronca y agria del presente no nace del cinismo, sino de la inocencia, o del anhelo de ella.

Asistimos así a la reaparición de viejos fantasmas políticos: toda una compañía recorre el continente. Son fantasmas en sentido estricto, viejos conocidos en trance de reaparición espectral: el nacionalismo, la xenofobia, el populismo. Suiza votó en referéndum limitar la entrada de trabajadores comunitarios, el Reino Unido votó abandonar la Unión Europea, el nacionalismo secesionista ha cobrado fuerza y los partidos populistas han crecido —a izquierda y derecha— en todo el continente. Sin olvidar, al otro lado del Atlántico, la nominación de una estrella de los reality shows televisivos como candidato a la presidencia del Partido Republicano. Son fenómenos que apuntan en una misma dirección: hacia un movimiento de introversión agresiva dominado por las emociones antes que por la razón. O, al menos, guiado por razones que parecen poco razonables en el marco de una conversación pública donde nadie escucha a nadie. Incluso las reivindicaciones más extrovertidas —del 15M al movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, pasando por el Tea Party norteamericano— se inclinan hacia un cierto irracionalismo, cuyo rasgo más característico es la búsqueda de un chivo expiatorio: los banqueros, la casta, los ricos, el gobierno. Abreviando, el establishment contra el que dice levantarse el insurreccionismo antipolítico a cuya turbia primavera estamos asistiendo. El resultado es una amalgama de pasiones e hipérboles que se parece bien poco a la esfera pública sosegada que soñaron los ilustrados como fundamento para nuestras democracias representativas.

Para leer al despertar y poner los pies en el suelo.

Mayo,

El problema de los tres cuerpos/El bosque oscuro, los dos primeros libros de una trilogía de ciencia ficción que especula con un encuentro extraterrestre angustioso y amenazante. Directos y ambientados fuera de la esfera occidental donde se suelen incluir a los demás sufrientes, es disfrutable, mejor cuanto más ligeramente. Dirígete a tu nave a sal a contemplar los confines de tu barrio estelar.

Pongamos que la humanidad es una mosca, particularmente fastidiosa. No solo incordia, sino que se multiplica sin remedio y sin respeto por otras formas de vida. Pongamos que existe un periódico capaz de matar a dicha mosca de un plumazo. La pregunta es: ¿Hay que blandirlo y fulminarla de la existencia o hay, por el contrario, que buscar una alternativa?

Para leer antes de salir a contemplar las estrellas.

Junio,

SPQR. Mary Beard recorre con nosotros parte de ka historia de Roma, con humor, escepticismo y sabiduría. Había leído que hay colas para asistir a sus conferencias. Ahora puedo entenderlo. 

In extending citizenship to people who had no direct territorial connections with the city of Rome, they broke the link, which most people in the classical world took for granted, between citizenship and a single city. In a systematic way that was then unparalleled, they made it possible not just to become Roman but also to be a citizen of two places at once: one’s home town and Rome.

Para leer a mediodía, con el sol reptando por los hombros como legionarios por los muros.

Julio,

La llamada de Cthulhu. No había leído nada de Lovecraft aparte de su gran miniatura "El necronomicón". Debo hacerlo más, convierte sus relatos en juegos de laberintos con pasillos cegados y luces esquivas, a la manera de Borges.La llamada de un Dios salvaje y cruel y sus rastros en una ciudad tranquila no asustan ya mucho, pero ofrecen el cosquilleo de placer que la invención bien tejida provoca en el lector.

Cthulhu existe también, supongo, en ese refugio de piedra que le sirve de abrigo desde que el sol era joven. Su ciudad maldita se ha hundido otra vez, pues el Vigilant navegó por aquel lugar después de la tormenta de abril; pero sus ministros en la Tierra bailan aún, y cantan y matan en lugares aislados, alrededor de monolitos de piedra coronados de imágenes. Cthulhu tuvo que haber sido atrapado por los abismos submarinos pues si no el mundo gritaría ahora de horror. ¿Quién conoce el fin? Lo que ha surgido ahora puede hundirse y lo que se ha hundido puede surgir. La abominación espera y sueña en las profundidades del mar, y sobre las vacilantes ciudades de los hombres flota la destrucción. Llegará el día... ¡pero no debo ni puedo pensarlo! Ruego que si no sobrevivo a este manuscrito, mis ejecutores testamentarios cuiden de que la prudencia sea mayor que la audacia e impidan que caiga bajo otros ojos.

Para leer de madrugada, cuando cualquier ruido inquieta.

Agosto,

¿Por qué no el socialismo?. Un breve y sorprendente ensayo, no tanto por su brillantez, esperable en un académico (al menos algunos), sino por su honestidad; el mercado ha sido el hallazgo para encauzar el impulso humano a favor de uno mismo. No hay por el momento un sistema que permita impulsar otro impulso igual de fuerte, el altruista, en las sociedades modernas. 

Para leer en vez de perder el tiempo con campañas electorales que denigran la condición de ciudadano.

Septiembre,

HHhH, "Heydrich es el cerebro de Himmler". Un meritorio trabajo, deudor del estilo del magnífico Emmanuel Carrere. Sin su talento para interesar al igual en la digresión que en la narración, el autor desgrana convincentemente una idea muy sencilla; solo tú puedes salvar el mundo. Sus momentos de tensión están bien recreados. Un buen debut, sin duda.

El momento se acerca, lo presiento. El Mercedes está en camino. Llega. Flota en el aire de Praga algo que traspasa hasta los huesos. Las revueltas de la carretera trazan el destino de un hombre, y de otro, y de otro, y de otro. Veo unas palomas que echan a volar de la cabeza de bronce de Jan Hus y, de fondo, el decorado más hermoso del mundo, Nuestra Señora de Týn, la negra catedral con sus torres afiladas, ante la que me dan ganas de caer de rodillas cada vez que puedo admirar la gris majestad de su maléfica fachada. El corazón de Praga late en mi pecho. Oigo la campanilla de los tranvías. Veo a unos hombres de uniforme verdegris cuyas botas resuenan sobre el pavimento. Estoy casi allí. Debo ir. Es preciso que vaya a Praga. Debo estar ahí en el momento en que todo se va a producir.
Debo escribirlo allí

Para leerlo en la noche, antes de dormir y volar a un sueño justo, sin hombres perversos.


Octubre,

Biblia, Corán, Tanaj. Un ensayo luminoso sobre las discrepancias mínimas entre las religiones del Libro. Ese Libro que ha moldeado espíritu y cerebro de nuestros antepasados y de nosotros mismos. Inmersos en un mundo raudo, generalmente simplificamos puntos de vista ajenos y mentalidades colectivas. Este libro aporta modestas claves para una mejor interpretación de lo que nos pasa a veces.

La tradición bíblica es una única narrativa, matriz de tres religiones, remotamente originaria de Súmer, en el sur de Irak. En cierto momento se diferenció de su tronco pagano con la legendaria salida de un simple individuo, Abraham y su familia, de Ur (posiblemente Ur III según la arqueología), pasando por Harán, y el relato fue creciendo y desplazándose a lo largo de casi cuatro mil años, hacia el oeste hasta alcanzar las costas atlánticas. Esa trayectoria que acabó atravesando el mundo entero representa un largo periplo iniciático, centrado esencialmente en la recuperación del paraíso perdido. Un primer itinerario se inscribió sobre guías místicas para alcanzar el paraíso más allá de la muerte - en el Renacimiento fue un mapa geográfico, en pos de las maravillosas Ofir y Cipango allende los mares - y con la modernidad ha inspirado para muchos un viaje temporal, "progresista" e incluso revolucionario hacia una utopía que culmina la historia.

La tradición hebrea fue la primera en fundarse en torno a los motivos del exilio. Exilio mítico debido a la caída o expulsión del Edén, arrojados al erial en que se convirtió la naturaleza despúes del crimen de Caín; al que se suma el exilio histórico decidido por Abraham, que abandona la pecaminosa Babilonia para dirigirse con los suyos a una imprecisa tierra prometida, Canaán, hacia el occidente. 

Para leer antes o después de ver las inevitables noticias.


Noviembre

Pastoral americana/La mancha humana/Me case con un comunista. Una trilogía de la destrucción, por Philip Roth. La fragilidad de nuestra condición, el daño que hacemos y la erosión de los días, entre otras reflexiones punzantes. Me quedo con una particularmente fina: la arrogancia suele provenir de una íntima sensación de fracaso.

Dejamos una mancha, dejamos un rastro, dejamos nuestra huella. Impureza, crueldad, abuso, error, excremento, semen..., no hay otra manera de estar aquí. No tiene nada que ver con la desobediencia. No tiene nada que ver con la indulgencia, la salvación o la redención. Está en todo el mundo, nos habita, es inherente, definitoria. La mancha que está ahí antes que su marca. Está ahí sin la señal...

Para leer cuando las nubes anuncian el fin del atardecer.

Diciembre,

El busto del emperador/Fouché, el genio tenebroso, dos libros de los autores centroeuropeos crepusculares Joseph Roth and Stefan Zweig. El busto del emperador es una elegía satírica, valga el oxímoron, acerca del fin y la fragmentación del Imperio de Austria-Hungría, un mundo de pasaportes y orgullos empequeñecidos. La biografía de Fouché hace honor a la fama de narrador de Zweig. Por sus páginas desfila un consumado político y una sugerencia obvia, mas siempre inquietante: la historia es hecha por el azar y voluntades más mezquinas que nobles. Los demás solo aspiran/mos a sobrevivir.

Para leer en la sobremesa y digerir con la conciencia los empachos de la modernidad.


Esto es todo, amigos. Pasad un buen año de lecturas, bailes, cine, viajes, lo que sea que os llene y motive y plenos de salud. Leer expande la vida, pero la vida es más grande que cualquier intento de fijarla.

Sed buenos y no cedáis a la vanidad. Que Dios nos dé salud y días.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Radiografía breve.

El mundo es el limite de ideas, creencias, opiniones. Fuera de él vibra la ofensa, roja, amenazadora. La capacidad de sentirme ofendido expresa la virtud de mi creencia.

El homo sentimentalis se ha impuesto a la sensibilidad. No se trata de sentir, sino de exhibir que se siente (Milan Kundera).

Hay tecnología y fondos para las más ensoñadoras y fértiles iniciativas futuristas. Las empresas comunes y cívicas languidecen por falta de medios.

La política adula a sus electores para ofrecerles una imagen de si mismos corregida y mejorada y a cambio atraer su apoyo. Ya se buscarán enemigos y culpables luego.

La faceta de cliente ocupa todas las esferas de la vida  de la persona en su relación con otras. El cliente siempre debe tener razón.

El ocio estimula la facilidad y la simpleza. Películas de superhéroes, hazañas de deportistas, dilemas que se resuelven en un maniqueísmo que se traslada a la visión del mundo.

El bien y el mal ya no son la escala universal de medida. Cada vez más, se impone la alternativa divertido/aburrido.

El lenguaje se simplifica y el mundo con él. Vuelve el afán nominalista de querer establecer una vinculación íntima y esencial entre lo que nombra y lo nombrado.

El fulgor de la violencia ha disminuido, pero la fascinación por la brutalidad y el morbo de la comprobación de nuestra fragilidad consume  el tiempo. La muerte es ignorada pero su brillo oscuro angustia porque se niega.

El odio forma parte de lo que uno es. Lo que uno es no puede ni debe aspirarse a ser cambiado.

Soy lo que digo que soy y no lo que muestro ser. Esta divisa filosófica ubicua ha reemplazado al Conócete a ti mismo.

La vida y sus decisiones paralizan. El apetito de Fausto no iguala el nuestro.

El yo aspira al dominio universal y, sin embargo, no parece ser nada sin los ojos de otros. Si no se muestra, no existe.

La sospecha equivale a la crítica. El criterio no se forma. La alabanza se desprecia. Para auparse en un pedestal, se zahiere a los que están alrededor y se los rebaja.

La comodidad es un valor más deseable que la angustia de la educación y el conocimiento. La igualdad es un valor sin contenido real porque no se basa en nada más que en su propio principio desnudo.

La virtud justifica cualquier medio para hacerla resplandecer.

Las ocurrencias se hacen pasa por ideas.

A la realidad no le importa nada de esto. Se limita a existir y a aplicar su medida indiferente.

Nadie sabe a dónde ir.








domingo, 5 de noviembre de 2017

La verdad sobre Sancho Panza

Era un hombre que había conseguido prosperar en una vida dura. Cada mañana arreaba el jumento hacia los campos castigados por el sol y arañaba, cuidaba, recogía, sudaba. Pagaba al recaudador su inicua parte y disfrutaba de su esposa y sus hijas, que preparaban su jornal y ayudaban con la doma de la tierra. Se hacía viejo y habiendo adquirido otros campos feraces, pudo arrendar aparceros que la aliviasen la carga. Su familia se reunía en torno a él las noches, e invitaban al barbero, al cura, y a algunos bachilleres para que les contaran historias.

Era lo mejor del día. Contra las luchas de los buenos caballeros cristianos, limpiando la mala hierba y protegiendo la fé, su campo, ¿qué valía?. Y así fue como Enrique Sánchez sintió lo que tú lector, ya has sentido otras veces: la frustración de vivir en un mundo del que ha desaparecido la edad dorada y en el que no somos protagonistas de hechos épicos y apasionados. La hacienda que lo había atemperado y apagado el temor del hambre, también había enfriado su sangre y adormecido su coraje  sediento. Pero la vida del hombre está llena de estos asuntos y mal que bien, hay que saber el pan que alimenta y el que da vida. Así que seguía llevando sus asuntos con diligencia y soñaba en privado.

Un día, mientras estaba en una feria, vio un puesto de manuscritos. Aunque no sabía leer, distinguió algunos símbolos. Contrató después para sus cuentas a un morisco, que le contó la historia de un caballero andante por parajes remotos. Enrique entonces quiso proponerle un escrito de la historia a su manera, cambiando algunas partes, para su deleite privado. Pasaron días y noches componiendo, mientras las hijas y su mujer cuidaban y controlaban la Hacienda. Hubo épocas de confusión; su padre parecía otro, disperso y enfrascado en unas cuentas que no eran arduas.

Con su sirviente, seguía traduciendo el manuscrito de Cide Hamete Belengeli. Llamó al caballero Alonso y lo despojó de vigor, usando como modelo a un lejano tío que había sido excéntrico. Sus acotaciones rellenaban el manuscrito arábigo creando otro, del que creó a un autor, llamándolo Miguel de Cervantes en atención a un sobrino suyo que había sido bachiller en años y mudádose a la corte. Hablaría de la épica anhelada y como al fin, cuentan la esposa, la prole, la hacienda y los pocos amigos. Y por eso quiso ir con él y ser Sancho Panza, para, sin saberlo, aplicar la ironía a un mundo exaltado. Y quiso la suprema ironía que de él apenas quedara nada, salvo algunos papeles con su nombre torpemente escrito, intentando aprenderlo antes de volver al sol, al jumento y el arado. Su esposa los descubrió y sin saber que eran ni ver números, los perdió en el fuego. Días después, el morisco, con su texto aljamiado, partía hacia otros campos con sus manuscritos en la alforja y una sola orden: nunca decir el lugar en el que fueron creados.



PD1: La naturaleza prosaica de la realidad ha derrumbado imperios prósperos por un hastío vital que late en lo profundo del ser humano. Como el devenir de la exaltación provoca monstruos, que mejor lección que la de Cervantes, creando un mundo en el que Dios y la ironía tienen el mismo nombre.

PD2: Claro que he recordado este, antes de escribir. Como no hacerlo

Hasta pronto.

jueves, 28 de septiembre de 2017

El juego infinito. Capítulo I, parte I




Los retazos mutilados que perduran tras las fatigas del sueño son como paisajes arrasados tras la batalla. La realidad que nace de la claridad que llega desde el cielo aparece frágil y espesada por su rastro. Cuando se repiten inalterables, esa batalla es entre Dioses que luchan por una voluntad.

Así lo sentía Abdel. Toda la heredad que su labor había levantado, el ganado, la tierra, se desvanecían cada noche en alas de signos, visiones, brumas nocturnas que creía avisos. Y cada despertar, su mirada se veía velada como por un fuego que deformase la realidad. Solo la noche permanecía. En ella, la oscuridad se hacía penumbra, y luego velo. Montañas que se acercaban bajo el paso de las negras nubes, bajas, estruendo de tormentas, y resplandor claro. Más tarde, esas montañas caían como arenisca y de su seno nacía un enorme sol blanco. Era plácido y lo había interpretado como una buena señal, así también los suyos consultados. Pero su persistencia, y algunos otros sucesos, lo movieron a duda. Y a veces ni siquiera el rumor del arroyo y los gritos de la populosa urbe, orgullo de su gente, desperezándose lo aliviaban.

El sol trepaba los escalones de la pirámide escalonada que era el símbolo de la permanencia de su pueblo en esa agraciada tierra. Es un zigurat, querido lector. Y a Abdel nunca le había importado mucho más que como un símbolo de unión entre sus ancestros y su futura prole, que también prosperaría a su sombra. Era para él, orgulloso y humilde, la roca inmutable a la que su linaje se aferraría en el océano del cambio que predicaban los celosos, la orden del templo.

Es un edificio magnífico. Los celosos sostienen que fue erigido poco después del primer crepúsculo. Varios pisos unidos por escalinatas exteriores e interiores, pintados y decorados en atención a las divinidades ensalzadas, en orden de menor a mayor importancia. Las del agua, las del éter, las del viento terrestre, las de la tierra, las del mundo inferior, las de la arena, las de las constelaciones, las del viento divino, que lleva en sus entrañas el fuego. Por eso una hoguera que nunca declinará arde cada noche en la estancia central, y solo los celosos pueden acceder a su estancia.

Estanques, fuentes y árboles decoran algunas bases de los pisos, añadiendo su rumor y frescor a la pintura terrosa. Estatuas de bronce representan pasajes de la historia de la primera tribu, divinidades menores y aves de plumaje vibrante. Cariátides sostienen pasajes que conducen a estancia para la meditación, entre azulejos delicados y mullidos cojines. Las estancias penitenciales son alcanzadas tras atravesar pasillos oscuros con las paredes de oro. En la cúspide, un fuego (no consagrado) ilumina las noches. Y las bibliotecas recopilan oraciones y conocimiento de las divinidades y sus emanaciones desde donde los humanos han sido capaces de penetrar. Son estancias de luz natural amplificada por sutiles espejos. Hay también estancias secretas que sólo los celosos frecuentan. Dicen, y Abdel los cree, que el Zigurat fue creado para sobrevivir eterno, incluso a la muerte de todo lo nacido y la futura destrucción del mundo, antes de la Unión final a los elementos. Y no fue construido por manos humanas.

Pero el escribiente tiene el privilegio de apartar la noche de los tiempos con solo un movimiento de su párpado. La pirámide escalonada que sostenía el fuego de las aves sacras había sido construida, según la tradición impuesta, por Gigantes de alas negras a las órdenes de los primeros, un grupo de profetas y legisladores de la estirpe de la primera tribu, cuya ciudad fue demolida por la furia de los genios de la arena, olvidados en los sacrificios rituales. Las otras tradiciones rezan extraños destinos para esa ciudad primera, a la que llaman Reth. Coinciden todas en que la ciudad no fue destruida, sino que se encuentra aún bajo las ondas de arena. Los sokhai, que no admiten el licor y veneran a los peces, afirman que la bajo el desierto hay un mar, y en ese mar resplandece Reth, cuya pirámide es el espejo de la de Ruk, pero con incomparable magnificencia y brillo. Piense el lector lo que desee, pues no es la pirámide celeste el centro de nuestra historia. La realidad es que ese incomparable Zigurat, existió, existe en el momento en el que el narrador teje la historia. Y hacia la ciudad que lo cobija se dirige ahora Abdel, meditabundo.

Le gustaba acudir a ella cada día al amanecer para contemplar como se desperezaba lenta y titánica cuando los edificios de adobe iban vistiéndose del color de las nubes del Sur. Eran esas nubes que soñaba, las que abrían el paso a la luz. Abdel quería despojarse de ese recuerdo que lo turbaba sin razón aparente. Caminaba mientras los mercaderes instalaban los toldos, y los animales se agitaban en jaulas o atados a estacas. Muchos de ellos no verán la luz de otro día, y como ocurriera con cualquiera de los celosos de la más alta orden, la ciudad era completamente indiferente a su destino, fuera auspicioso o cruel. Le acompañaban a veces sus hijos pequeños, aún no aptos para la labor. Al regresar acarrearían los cubos de agua y leche y apilarían leña. Los niños miraban todo con ojos antiguos, aprendiendo las diferencias entre su lógica simple y las complejidades de un mundo que era una guerra. Cuando se discutía una venta, cuando se leía una sentencia solemne, cuando la populosa multitud se reunía para discutir el favor de los Dioses. Abdel caminaba con la dignidad requerida para enfrentarse a esos desafíos, a los que había aprendido a amar. La codicia de los venteros, la malicia de los tratantes lejanos, la lastimosidad fingida de los celosos, la violencia soterrada de los desposeídos que hacían cola en los pequeños templos para recibir su ración mínima. La vida bullía en cada rincón.

Tras discutir acerca de algunas ventas, Abdel se dirigió a los baños cercanos al templo de la divinidad de la arena para que sus hijos pudieran ver la formidable fuente que representaba las fuentes de los 11 ríos que rodean el mundo y los dioses que moran en ellos. Luego, los dejó en la casa del maestro donde aprendían las cuentas del escriba. Luego se dirigió a una de las cuevas de los augures, pues sus sueños lo atormentaban y necesitaba saber que había dentro de él que creaba esas imágenes; la última noche, fantasmagóricas coreografías de macilentos atravesaban sus campos y aterrorizados, se dirigían hacia el Sur, movidos por un viento interior irresistible. No le hablaban, solo le mostraban ojos llenos de tristeza y temor y se llevaban sus cosas invitándole vehemente a seguirle. Y Abdel sentía, pese a lo que su mujer le decía para tranquilizarlo, que esas imágenes contenían verdad, que había un peligro acechando su mundo.


miércoles, 16 de agosto de 2017

Los hijos de Hurin. Contiene spoilers.






Yo soy el Rey Mayor: Melkor, el primero y más poderoso de los Valar, que fue antes que el mundo, y que hizo el mundo.
La sombra de mi propósito se extiende sobre Arda, y todo lo que hay en ella cede lenta e inflexiblemente a mi voluntad. Pero sobre todos los que tú ames mi pensamiento pesará como una nube fatídica, y los envolverá en oscuridad y desesperanza.
Dondequiera que vayan, se levantará el mal. Toda vez que hablen, sus palabras tendrán designios torcidos. Todo lo que hagan se volverá contra ellos. Morirán sin esperanza, maldiciendo a la vez la vida y la muerte.
Pero Húrin respondió:
—¿Olvidas con quién hablas? Las mismas cosas dijiste hace mucho a nuestros padres; pero escapamos de tu sombra.—Esto último te diré entonces, esclavo Morgoth —dijo Húrin—,no perseguirás a los que te rechazan más allá delos Círculos del Mundo.
—Más allá de los Círculos del Mundo no los perseguiré —dijo Morgoth— porque nada hay allí. Pero dentro de ellos no se me escaparán en tanto no entren en la Nada.
—Mientes —dijo Húrin.
—Ya lo verás, y confesarás que no miento —dijo Morgoth. Y llevando a Húrin de nuevo a Angband, lo sentó en una silla de piedra sobre un sitio elevado de Thangorodrim, desde donde podía ver a lo lejos la tierra de Hithlum al oeste y las tierras de Beleriand al sur. Allí quedó sujeto por el poder de Morgoth; y Morgoth, de pie al lado de él, lo maldijo otra vez y le impuso su poder de manera que Húrin no podía ni moverse ni morir, en tanto Morgoth no lo liberara.
—Ahora quédate ahí sentado —dijo Morgoth—, y contempla las tierras donde aquellos que me has entregado conocerán el mal y la desesperación. Porque has osado burlarte de mí y has cuestionado el poder de Melkor, Amo de los destinos de Arda. Por tanto, con mis ojos verás y con mis oídos oirás, y nada te será ocultado.

Adoro este relato oscuro de Tolkien, acabado por su hijo Christopher. La descripción del mal, el de las trincheras que vivió, los nidos de ametralladoras son aquí una cosmogonía del dolor perpetuo. Los personajes intentan elevarse, como en su mitología nórdica del anillo. Pero el destino, el tiempo, el mal pesan como en la griega y caen cansados antes de caer hacia los bordes de la sombra. Y la prosa es vibrante y desesperada como un vendaval que azotase el risco.

Entonces escapó como el viento, y ellos se quedaron asombrados, preguntándose qué locura le habría dado; y lo siguieron. Pero Túrin corrió dejándolos muy atrás; y llegó a Cabed—en—Aras, y oyó el rugido de las aguas, y vio que todas las hojas caían marchitas de los árboles como si hubiera llegado el invierno. Desenvainó allí la espada, lo único que le quedaba de todas sus posesiones, y dijo: —¡Salve, Gurthang! No otro señor ni lealtad conoces, sino la mano que te esgrime. No retrocedes ante la sangre de nadie. Por tanto ¿no quieres la de Túrin Turambar? ¿No me matarás de prisa?

Y en la hoja resonó una voz fría que le respondió: —Sí, de buen grado beberé tu sangre, para olvidar así la sangre de Beleg, mi amo, y la sangre de Brandir, muerto injustamente. Deprisa te daré muerte.

Y en la historia de Hurin, su hermosa Marwen y sus desdichados hijos se agita el problema del mal, las sombras tras que corremos y el dolor que nos agrieta y despoja. Hace falta una resistencia espiritual tenaz para saber que somos poco más que esas brumas que se deshacen y que por eso mismo, hay que avanzar aunque tengamos la desdicha de que nada se nos sea ocultado.

Cuando se hizo la oscuridad, Húrin resbaló de la roca y cayó en un pesado sueño de dolor. Pero en el sueño oyó la voz de Morwen que se lamentaba y que lo llamaba una y otra vez; y le pareció que la voz venía de Brethil. Por tanto, cuando despertó, junto con la venida del día, se puso de pie y regresó al Brithiach; y avanzando a lo largo de Brethil llegó en la noche a los Cruces del Teiglin. Los centinelas nocturnos lo vieron, pero se sintieron atemorizados, pues creían ver a un fantasma salido de un viejo túmulo de guerra, y que ahora andaba en la oscuridad; y por eso Húrin no fue detenido, y al fin llegó al sitio en que Glaurung había sido quemado, y vio la piedra alta, erguida a orillas de Cabed Naeramarth. Pero Húrin no miró la piedra, pues sabía lo que allí estaba escrito; y además había descubierto que no se encontraba solo. Sentada a la sombra de la piedra había una mujer, inclinada y de rodillas; y mientras Húrin la miraba en silencio, ella echó atrás la destrozada capucha y levantó la cara; tenía el pelo cano y era vieja; pero de pronto las miradas de los dos se encontraron, y él la reconoció porque aunque había espanto y frenesí en los ojos de ella, aún conservaban la luz que mucho tiempo atrás le había ganado el nombre de Eledhwen, la más orgullosa y bella entre las mujeres mortales de antaño.

—Has venido por fin —dijo ella— He esperado demasiado.

El camino era oscuro. Vine en cuanto me fue posible —respondió él.

—Pero has llegado demasiado tarde —le dijo Morwen—. Se han perdido.

—Lo sé —dijo él— Pero tú no.

Pero Morwen dijo: —Casi. Estoy agotada. Me iré con el sol. Queda poco tiempo ahora: si lo sabes ¡dímeló! ¿Cómo llegó ella a encontrarlo?

Pero Húrin no respondió, y se sentaron junto a la piedra y no volvieron a hablar; y cuando el sol se puso, Morwen suspiró y le tomó la mano, y se quedó quieta; y Húrin supo que había muerto. La miró en el crepúsculo, y le pareció que las líneas trazadas por el dolor y las crueles penurias se habían borrado en el rostro de Eledhwen. —Nunca fue vencida —dijo; y le cerró los ojos y permaneció sentado e inmóvil junto a ella mientras la noche continuaba avanzando.

Lucha contra el mal. Confía en ti. Sé valiente.

 

jueves, 20 de julio de 2017

Parábola del espejo roto.

Refiere un tomo apócrifo de Basilio de Cesárea que cuando el asceta Juan, más tarde Juan de Capadocia, aposentó sus plantas en la tierra donde moraban los aspirantes a santos, vió y oyó prodigios innúmeros: los estilitas que habían figurado un lenguaje sin símbolos y con sus ojos cerrados pretendían comunicarse entre ellos; los áureos, que se decían descendientes de Marta de Betania y buscaban la paz por el derrumbe físico; los seguidores de Plotino que abrazaron la gnosis y buscaban en las letras sagradas el nombre escondido de Dios.

Juan pasaba las tardes en oración y ayunaba los viernes, al parecerle que el día del Señor debería preceder al propio de la raza que no lo quiso conocer y, aunque parece una interpolación posterior del texto de Basilio o de sus seguidores, se dice que consagró en uno de sus sueños en los que caminaba por el desierto la iglesia dedicada a la sabiduría. De esta forma vengaba así su enemistad con el sumo Pontífice Higinio, que había denegado la doctrina de Juan de las aversiones de Cristo: Higinio había decretado que el Ungido, como encarnación de la bondad suprema, nunca repudió nada que la naturaleza ofreciese.

Largas eran las tardes bajo el sol del Este. Cuenta el docto Basilio, o sus seguidores en su nombre que un día Juan de Capadocia llegó hasta una tienda en la que los mercaderes de paso habían decidido pasar la noche. Como la luz declinaba y eran de fe irania, según la cual el bien y el mal nunca podrán vencerse el uno al otro y fuimos creados para ser espectadores de esa batalla, se divirtieron con sus extrañas inquisiciones, dogmas, apologías.En recompensa, le dieron un espejo cromado como los que hacen los libios. Juan, furioso por el símbolo que negaba la unidad de lo creado, lo rompió allí para asentar su doctrina. El espejo no existe nada más que cuando está roto y solo porque hay fragmentos que sabemos perdidos. Los mercaderes, admirados de su elocuencia le ofrecieron otros dones. Mas Juan declinó y volvió a su pequeña cavidad en la montaña blanca.

Hace tiempo que leí esta historia, revisada tantas veces. No hay mucho más que exprimir de ella, coincidiendo en mi dictamen con el que hizo ya Hofenhöller hace dos siglos, matizado por Jacques Montier. La vida es un misterio: siendo una, emana reflejos periódicos y calla a veces, pero es incomparablemente más grande que aquello que nos pasa.



martes, 18 de abril de 2017

NBA Playoffs 2017. Análisis y cháchara (parte 2, Conferencia Oeste)

Seguimos hoy con la segunda parte del análisis de los Playoffs NBA, usando estadística avanzada, computación cuántica y metafísica posmoderna. Vamos allá.

Conferencia Oeste

Golden State Warriors-Portland Trail Blazers

Yo solía jugar a un juego llamado Civilization. En el modo fácil la mayor parte de las veces, de modo que podía acumular recursos y avances vertiginosos mientras las civilizaciones contiguas languidecían. Cuando me aburría lanzaba cañones, cazas y alguna bomba atómica contra los hititas y los exterminaba tan a gusto. Luego, con la satisfacción del deber cumplido, me iba a dar un paseo silbando. Cuento todo esto porque al mejor equipo de la NBA se le añadió el verano pasado el arsenal atómico que la faltaba. En principio, aunque se vean razones que pueden hacerlos sufrir (falta de juego interior sólido), no parece que la inobservancia del principio prusiano para la guerra de cañones y mantequilla les vaya a pasar mucha factura de momento. Se enfrentan a un buen equipo, cuya temporada ha sido algo decepcionante tras la gran temporada anterior, y que tiene buenos anotadores exteriores pero le falta estabilidad y apoyo de la mayor parte del equipo para sostener una batalla al gran favorito a todo.

El Discurso del Método. El método es que te van a freír a triples.


San Antonio Spurs-Memphis Grizzlies

Ha pasado algo raro con el baloncesto. Yo identificaba a los Spurs con Bruce Bowen, Horry dándole una hostia a Nash y la NBA beneficiando la infracción, Popovich queriendo sr nasty con los rivales...y mientras Maquiavelo revisited escribía nuevos capítulos cada serie, Tim Duncan metía canastas como otros respiran, sin darle importancia. Temporadas después, cuando uno de los indeseados legados de Jordan ha sido la elevación de la estrella por encima del equipo y a veces del resultado, San Antonio ejemplifica el juego colectivo, la defensa y la circulación del balón, tratando de volver a sus inicios, este es un juego de pase. Lo ejemplifica bien su nueva estrella, Kawhi Leonard (Kawwwhiiiii). Al igual que Russ..otros, consiguen números que potencian la impresión de su influencia real en el partido, Leonard hace todo bien sin preocuparse de proezas numéricas más allá que la que el marcador impone.

Los Grizzlies enfrente han tenido mala suerte. Les hace falta, como siempre, un anotador exterior, y el fichaje de Parsons parecía una buena idea en su momento. Ay, en teoría funciona hasta el comunismo. En teoría. Las lesiones y la falta de variedad en ataque ha condenado a un equipo que en circunstancias normales debería haber estado bastante más arriba. Un equipo muy serio que tiene la desgracia de enfrentarse a otro tan serio, y mejor.

No es país para viejos, Cormac McCarthy. 


Houston Rockets-Oklahoma City Thunder

Houston tenía un problema. Era una franquicia que juntaba buenos jugadores que parecían haberse saltado la parte de que hay una parte del baloncesto que se llama defensa. Con un mínimo esfuerzo, que Ariza se ha centrado y Ben Gordon ha llegado para quedarse, el resto cumpliendo su rol de forma seria y la barba manejando los partidos (y yendo a la línea de personal 34342334 veces) como sabe, un equipo prometedor en el que pocos confiábamos se ha hecho mayor. O adolescente, aún muchos desconfían de lo que puedan lograr en playoffs. Su defensa será más exigida y su juego contenerse, pero no los veo peligrando en primera ronda.

Porque Oklahoma se ha convertido en un escaparate de un jugador genial pero que ha ido a la suya. Nadie niega la proeza de conseguir un triple doble medio en una temporada. Nadie puede negar tampoco que no ha traducido esos números supuestamente de otro mundo en una buena temporada de su equipo. Y es verdad que no es un superequipo, pero mimbres tiene para haberlos involucrado más. Ya sé que no darle el MVP a un jugador con sus números es una barbaridad. Yo no lo haría. En mi visión del deporte, el mejor es quien es capaz de hacer mejores a los que juegan con él. Y posiblemente sus compañeros no puedan. Pero él tampoco lo intenta mucho.

Dos hombres y un destino, versión Newman&Redford, o bien Bustamante y el otro que no me acuerdo.


Los Angeles Clippers-Utah Jazz

No se sabe nunca muy bien que les puede faltar a los Clippers para llegar a ser un aspirante. El papel de underdog no les viene bien porque sus jugadores son tan buenos que uno sabe que debe estar prevenido contra ellos. Cuando son favoritos, decepcionan. Viven en un bucle del espacio tiempo en el que lo único diferente que les pasó en los últimos tiempos fue organizar una operación especial para impedir que el mago de los fundamentos, el pívot con más recursos del mundo, el nuevo Olajuwon De André Jordan, se fuera a tirar mandarinas dese el tiro libre y a brincar mucho para salir en el poster. Pues nada, que les aproveche. Juegan contra Utah, otro de esos equipos que ni sonríen y centrados en exprimir sus recursos, una plantilla amplia y de roles definidos, con Gordon Hayward al que da gusto ver jugar y Gobert que defiende mejor que De Jordan y hace lo demás mejor también, salvo sacar músculo y poner caras. Su entrenador es bueno, mucho, y además parece salido de El lobo de Wall Street. Creo que será muy igualada y dependerá del fondo de armario de los Clippers

Blade Runner. Aparte de la excusa de citar esta peli, que me encanta, Los Clippers a veces parecen un equipo del futuro en el que el futuro parece pasado.


Esto ha sido todo, amigos. A disfrutar. Salud y baloncesto.






lunes, 17 de abril de 2017

NBA Playoffs 2017. Análisis y cháchara (parte 1, Conferencia Este)

Hace ya muchos años que hacía análisis breves, sesgados, con pretensión de divertir sobre las franquicias que se disponían a empezar un nuevo curso baloncestístico (Andrés Montes, siempre en nuestro corazón).

http://exploradoracantilado.blogspot.ie/2009/10/analisis-nba-bienvenidos-al-curso.html

http://exploradoracantilado.blogspot.ie/2010/10/analisis-nba-1-conferencia-este-how.html

http://exploradoracantilado.blogspot.ie/2010/10/analisis-nba-2-conferencia-oeste-there.html

(Como ha pasado el tiempo).

Empezemos.

Conferencia Este

Boston Celtics-Chicago Bulls

El orgullo verde ha encontrado una joya en el banquillo (Brad Stevens, en mi opinió el mejor entrenador del curso) y a una centella en Isaiah Thomas, un jugador de 1'78 que es un diablo ( y que ha sid afectado hace dos días por una noticia sobrecogedora, el fallecimiento de su hermana en un accidente de tráfico).Sólidos, centrados, fiables. Al otro lado un grupo de jugadores en los que Rondo da lecciones de como debe ser un equipo. Joder, es como si Bárcenas enviase cartas recordando las virtudes de la frugalidad y la honradez en el cumplimiento de las normas. Será una serie tan larga en proporción a la dificultad que tenga Thomas para abstraerse de la terrible noticia que lo ha sacudido. Y no creo que uno pueda olvidarse de algo así. A pesar de todo, apuesto por los verdes.

The Winter is long, The Saw doctors. Una serie repentinamente fría y en un contexto que hace difícil charlar sobre deporte.


Cleveland Cavaliers-Indiana Pacers

King James tiene un problema. Vive una vida fácil. Desde que encontró la formula de crear un equipo que sería fuerte en el Oeste para ponerlo a competir en el Este, sabe que tiene ventaja. Y si no la tiene, la crea. Estas ventajas permiten llegar al final de la temporada relativamente inmunes mientras el finalista del Oeste ha sufrido más ataques que Rasputín para ser asesinado (nota: fue envenenado con cianuro, disparado, golpeado y ahogado). Pero quizá hayan subestimado esta vez el potencial medio de una Conferencia que parece progresar. De primera prueba, el estado que enloquece con el baloncesto, Indiana, Larry Bird, Hoosiers y el jugador más parecido a LeBron de la liga, Paul George. Lamentablemente, no tiene el gran elenco que le acompañaba hace 3 años, que saltó por los aires sin que nadie sepa muy bien por qué (aunque hay varias teorías de lo más variopintas al respecto). No parece que Indiana tenga mucho más que George y sudor que oponer a un nido de ametralladoras estratégicamente situadas y dirigidas por el jugador-entrenador más ilustre de la Liga.

Patton. Cada vez más, LeBron parece un egomaníaco que suele alcanzar por su fe en si mismo todo lo que se propone. Esperemos no verlo con un sombrero de tres picos y con la mano dentro de la pechera...

Toronto Raptors-Milwaukee Bucks

Los raptors son un equipazo con otras inquietudes. ¿Que es la vida? ¿Dónde se refugia el ser de las cosas? ¿Por qué hace tanto frío? ¿Qué hace falta para pasar de parecer un equipazo capaz de ganar a cualquiera a otro equipo que parecería con dificultades para mantenerse en Liga LEB?  La mayoría de las cuestiones exceden las facultades de este cronista, con excepción de la última. Para transformarse de dotados baloncestistas en un grupo de semireumáticos solo hace falta que la temporada pase de regular a Playoffs. Enfrente, Giannis, rodeado de jugadores competentes pero que no serían capaces de llevar a su equipo ni al supermercado de la esquina (salvo el lesionado Jabari Parker). Mención especial para Dellavedova que en Cleveland se especializó en buscar maneras creativas de lesionar bases contrarios y Beasley, que se hizo una foto después del entreno mostrando su trabajo duro y se le olvidó retirar una bolsa con marihuana detrás. Leyendas. Todo lo lleva Giannis, que es un jugador, al que, simplemente, hay que ver. En condiciones normales un buen equipo siempre gana a un jugadore, por bueno que sea. En este caso, habrá que ver si Toronto ha salido de la escuela existencialista de metafísica aplicada.



El pensador, Rodin. El pensador no mete canastas. Es de bronce.


Washington Wizards-Atlanta Hawks

Me encanta John Wall. En la era de mejores bases de la Liga en toda su historia, me parce un top-5 seguro. Dicen que en el vestuario la relación con el magnífico escolta Bradley Beal, es complicada. Desde luego, en la segunda parte de la temporada no lo ha parecido. Quizá haya tenido algo que vez nuestro ídolo el mago de las relaciones Gortat; el pívot polaco guarda siempre un regalo en la caja fuerte en caso de que su pareja le reproche haberse olvidado de una fecha importante. Prevención de riesgos y psicología. Sobre esos tres jugadores y esos pilares de profunda comprensión de la naturaleza humana, los Wizards pueden hacer incluso que un entrenador que no pudo sacar un anillo de un equipo con Durant, Westbrook y Harden en el mismo equipo parezca bueno. Enfrente, un equipo completo en el que Howard parece haber comprendido que la fuerza sin tres fundamentos y un mínimo conocimiento del juego no te lleva a ningún sitio y un bloque al que le faltará un poco de contundencia para frenar la agresividad de Wall y Beal

Ya sé que es una chorrada, pero...Pink Floyd, The Wall

xD esto es todo por esta mañana, luego intentaremos comentar brevemente los búfalos que se cruzarán en el Oeste. Hasta luego.


jueves, 6 de abril de 2017

Aquellos maravillosos hooligans

Érase que se era una competición deportiva plena de pasión y pulmón.Las multitudes acudían al estadio para disfrutar, emocionarse, odiar al rival y mostrar orgullosamente los colores.

La excitación estaba en el aire.Año 532 de nuestra era. Las carreras.


De un lado, los verdes, de otro los azules. Uno no sabe si existiría libertad de elección en ello o si, como ha pasado en otros lugares hasta ayer, la religión imponía la torcida. Pues los azules profesaban la ortodoxia cristiana y los verdes la herejía monofisita. Quizá hubiera Ronaldos e Iniestas, Messis y Modrics cuyo talento todos reconocieran por encima de los colores con los que los carros se pintaban. O quizá no. Procopio de Cesarea escribe, La población de las ciudades se había dividido desde hace tiempo en dos grupos, los Verdes y los Azules... sus miembros (de cada facción) luchaban contra sus adversarios... no respetando ni matrimonio ni parentesco, ni lazos de amistad, incluso aunque los que apoyaban a diferentes colores pudieran ser hermanos o tuvieran algún otro parentesco. Era como si a Roncero le sale el hijo fan de Neymar.


La situación política era convulsa, sin que tuviese que venir ningún Piqué a denunciar manejos de hilos turbios. La derrota y el tributo impuesto por los persas había aumentado la presión fiscal sobre Constantinopla. El prendimiento, intento de ejecución, huída y persecución a hinchas de ambas facciones había caldeado el odio contra el emperador Justiniano* Así que cuando las aficiones pasaron de los cánticos en contra de la otra a entonar cada vez más claro y alto "Niká, Niká, Niká" ("Victoria, victoria, victoria")...el emperador supo que allí empezaban sus problemas. Gritaban victoria y querían ver arder el mundo, contagiados de la pasión febril que en el estadio se acepta y en la calle se censura. Ardieron Hagia Sofia y el Palacio Imperial. Se atacó a los emisarios del emperador. Se hizo traer el ejército de mercenarios. Pero todo parecía perdido. Solo Teodora (la antigua cortesana que conquistó a un emperador) fue capaz de recordale que el trono puede ser un sepulcro honorable. Las fuerzas antidisturbios fueron controlando la situación, poco a poco. El mundo no parecía tan cerca de su fin sobre el Bósforo una semana después. Como tantas otras veces, después de la tormenta hooligan llegó la calma. Con una leve diferencia, en este caso: 30,000 cadáveres, quizá más, yacían en los alrededores del hipódromo.







*Estudié mucho a Justiniano durante una época. Santa Sofia, que se reconstruyó después de esto en la barbaridad de solo 5 años. El mosaico de Justiniano y el de Teodora. El Codex iustinianus y el Corpus Iuris Civilis. Era para mí alguien con tanta relevancia que parecía mentira. Luego, la vida enseña a moderarse: No sabía que una prostituta lo enloqueció de amor, que se cagaba de miedo y quiso huir del peso de la púrpura, que sintió celos de Belisario o que su historiador particular, que en público lo ensalzaba, escribía al mismo tiempo una obra cargada de desprecio contra él. Su titulo significa "No publicable" y en el griego del Imperio, ha quedado recogida para siempre como "Anécdota".




miércoles, 15 de marzo de 2017

Improvisación.

Bastará que sepan que soy quien apretó el botón. No importan ahora las circunstancias concretas, las habrán leído ustedes múltiples veces. Todas mienten y todas resaltan una verdad obvia: necesitábamos ampliar nuestros horizontes. Sólo había una manera para ello.

La noche antes, todos nuestros jerarcas se reunieron. Decidieron si el momento presente reunía las condiciones prescritas para activar el protocolo de liberación mundial. Tras aprobarlo, decidieron que nadie podría cargar sobre sus hombros una decisión así. Toda la población fue conectada a una red, y todos pulsamos en un botón virtual la decisión de desencadenar nuestro armamento en la costa separada por el Océano. Solo un botón era efectivo. el aza quiso que fuera mío. Solo yo lo sé, pues asi me fue comunicado, junto con los detalles y el ofrecimiento de tratamiento para los desordenes que pueda sufrir. Pero no me arrepiento. Alguien debía hacerlo. No veo ni imagino los rostros calcinados, ni los cuerpos exánimes donde hubo fulgor un segundo antes. Agradezco a nuestros líderes el honor que se me fue hecho. Eurasia lo necesitaba. Desde siempre hemos estado en guerra con Oceanía.



jueves, 23 de febrero de 2017

Lluvia y tiempo. Un pasatiempo.

Llueve, llueve y llueve. Llueve y seguirá lloviendo. Llueve hasta aburrir. Va a llover hasta el día del Juicio. Llueve de cojones, en definitiva.





El radiador me presta una comodidad que me va amodorrando...


Sueño despierto que no estoy aquí cómodo, sino en la ribera del río Tesino, hace más de 2000 años, con mi uniforme desastrado y sucio de un barro que la lluvia hace brillar. Mi cuerpo, sometido a los rigores del trabajo y la espera, apenas padece,adentrándose en el laberinto del terror inminente. De repente, mi cuerpo está cubierto con una túnica que no alivia del viento y una armadura que hay quien detrás de los bosques ansía. Acabamos de comer, después de haber fijado el campamento, y pareciera que una relajación imperara en las riberas, un silencio sombrío. Mi mente no se aquieta. El pérfido púnico ha atravesado las fronteras lejanas, ha domado la gran cordillera, y con sus bestias africanas, grandes como 10 caballos, nos amenaza. Nuestras legiones son fuertes, dicen, pero ayer éramos campesinos, artesanos, herreros. Nuestro brazo no ha aprendido como matar deprisa sin pensar en ello,Y no hemos podido evitar que llegue a las puertas de nuestros aliados, cuyo rencor siento.

Pienso en mi familia y en mis esclavos, tan caros, en el duro acarreo diario y en la guerra. No la veré acabar nunca. El viento aúlla, y con él, a lo lejos, los sonidos del ejército de Cartago, con sus galos, sus íberos, sus baleares(honderos temibles,me dice una voz que no conozco) y sus elefantes. No logro imaginar a su caudillo, ese Aníbal. La lluvia sigue golpeando mi casco, pero ahora ni su sonido arrítmico me molesta. Astero de tercera fila, entraré en combate pronto, y si los Dioses no nos son propicios, saldré pronto también y me reuniré con los manes, los muertos turbados. Y que más da. Arrasarán mi pobre tierra, esclavizarán a mis hijos y reducirán a Roma a un recuerdo fugaz en las próximas generaciones.Cartago prosperará a través del tiempo y sus Dioses serán venerados. Pero, aunque así no fuera, hoy voy a morir, y si Roma sobrevive, nadie sabrá quien he sido, ni porque estoy aquí, intentando limpiar mi pilum mientras entreveo en la niebla y la lluvia tras los árboles de la colina colmillos y montañas que se mueven.

Intento descansar.

No puedo.

Parece que han llegado ya,y a toda prisa, nos preparamos para recibirlos. Esas bestias aplastarán mi pobre cuerpo. Y le he visto a lo lejos, pequeño y barbudo, sonriente. Comienzan a correr. Mis sentidos se nublan, y mis armas pesan como el mundo al que hoy digo adios. Ojalá hubiera ordenado un sacrificio, antes de partir. Se acercan. Llueve, llueve,llueve...




Sigue lloviendo tras las ventanas. El sol no da noticias de sí, y la melodía más antigua acompaña mis manos mientras la pantalla me devuelve al mundo y digo adiós al pobre legionario en cuya mente entré y que en un presente intemporal sigue esperando.