jueves, 26 de noviembre de 2009

Una visita del pasado en forma de informe clínico.

Cuando tenia 16 años, en unas vacaciones en el pueblo, me caí de la bici y me partí la muñeca. Una mala reducción de la fractura hizo que el hueso se soldara en una mala postura (literalmente uno encima del otro), así que tuvieron que operarme para arreglarlo y arreglarme.Nada grave, por fortuna, aunque sí un poco incómodo.

Hace unos días, estaba ordenando unos papeles que en su mayoría ya no me servían, y he vuelto a ver entre ellos, sucio, un papelajo azul entre una de las pilas que estaba clasificando o descartando para tirar, el informe clínico. Y con él han venido en los últimos días, algunas sensaciones extrañas.

El informe, más o menos resumido, dice:

Que se efectúa en relación al paciente arriba reseñado en fecha preocedente de Urgencias, siendo alta , después de estar hospitalizado en el Dpto. Cátedra de TRAUMATOLOGÍA Y C.O. , Profesor Dr. D , Unidad Clínica del Dr. M.P, habitación con anteriores asistencias en fechas __

Paciente de 16 años de edad que ingresa en nuestra planta de Traumatología procedente de Urgencias por haber sufrido un accidente casual y donde tras estudio clínico y radiológico fue diagnosticado de

CONSOLIDACIÓN VICIOSA DE FRACTURA GOYRAND SMITH EXTREMO DISTAL DEL RADIO IZDO.

Tto. recibido: Con fecha.... fue interevnido quirurgicamente practicándosele Osteoclasia abierta reducción y fijación con placa de osteosíntesis en T. Férula braquio-palmar

Y acaba diciendo que la evolución es buena, que me dan de alta, las conductas a seguir y el día de la revisión.

Recuerdo el nerviosismo de las horas anteriores y el ingreso, lo grande que me pareció el quirofano, el miedo que tenía a que no funcionara la anestesia, la radio puesta con un volumen considerable, y luego, en una bruma de cierta consciencia debilitada un olor fuerte a quemado (mucho más tarde, tras la operación, hilé los acontecimientos y me dí cuenta que era mi brazo abierto por un bisturí eléctrico de esos, y unos golpes fortísimos que sonaban a martillazos en piezas de metal, que luego supe que era mi hueso. Todo era irreal, la anestesia me dejaba a medio camino del sueño y la plena conciencia de mis sentidos. Hasta que la operación se alargó, y me dieron anestesia general. Lo siguiente que recuerdo es un lapso que pensé de minutos en la sala de reanimación, habían sido horas mientras la anestesia iba perdiendo efecto y yo volvía a estar despierto.

Pero lo más extraño de todo es sentir lo ajeno que me resulta todo ello, como si alguna anestesia de otra naturaleza se me hubiera aplicado, y esos recuerdos vivieran a media luz. La primera mala noche, el aburrimiento que trajo el día, la sensación de que estábamos apartados en un recinto que intentaba disimular su realidad y los cuidados que recibí (me mimaron pero bien :DDD), el futuro que parecía lejanísimo mientras estaba ingresado, el ambiente mortecino y desvitalizador del hospital, el calor sofocante, las charlas cansadas (eran alegres, ni yo ni mis otros dos compañeros de habitación teníamos nada grave, pero aún así cada palabra salía cansada de la boca). La sensación de que los hospitales son lugares obviamente necesarios, pero que se esconden de la actividad humana y ser rigen por reglas que sólo quien tenga la desdicha de tener que visitarlos frecuentemente para ser ingresado podría llegar a conocer bien. Afortunadamente, a mí no me ha tocado, y toco madera en este mismo instante. Pero ese ambiente irreal me sigue inquietando cada vez que tengo que ir por allí. En fin, que se le va a hacer.

Y sobre los recuerdos que quedan y los que vuelan, al menos en un caso de tantos como es este, tengo la sensación de que quedan impresiones alargadas de hechos concretos y breves, repetidas con leves variaciones a menudo (recuerdo mucho la retirada de mi drenaje, pero a veces varío la secuencia, es extraño), y de otros que pertenecen a algunas secuencias repetidas y anodinas, queda una breve imagen compactada entre tantos minutos y horas similares y anodinos. Es exactamente al contrario que en el recuerdo, las horas pesadas que se nos hacen enormemente largas, luego parecen perderse o confinarse sin ningún peso en el recuerdo. Esas horas distintas e intensas que parecen volar, luego van adquiriendo con el paso del tiempo una solidez característica y las recordamos sorprendentemente bien, incluso con muchos detalles (hace un tiempo leí que si falla algo, la memoria se encarga de rellenarlo, así que podemos perfectamente recordar mentiras, es poético e inquietante a la vez). No tienen porque ser siempre experiencias positivas, supongo, aunque mejor que sean así. Y también supongo que esto debiera tener una aplicación práctica clara de vista al futuro que debiera buscar...buscar esas experiencias que luego recordaré bien y con gusto...aunque también creo que hay que tener cuidado en excederse en el hecho de recordar demasiado y buscar siempre nuevas cosas en el futuro, por supuesto.

Y eso, que de aquello que pensé casi perdido, he encontrado, traído por un documento que acabará pronto en la papelera, bastantes recuerdos que pensé perdidos definitivamente, y me parece curioso. Recuerdo la tele en momentos de aburrimiento, algunas charlas con los compañeros de mi habitación (muy simpáticos, el azar que nos juntó en la habitación ahí se portó bien), a ellos y lo que hizo que estuvieran allí, muchas cosas que me contaron...pero no recuerdo ni sus caras, ni me recuerdo a mí, ni me reconozco, me veo un poco en tercera persona, aunque eso no me parece tan raro,la verdad es que me parece lo lógico. Es curioso. La percepción del cuerpo como algo frágil y como su relación con el mundo físico modificaba las ideas que uno podía tener sobre las cosas, creo que ya la tenía presente, aunque no tanto como ahora.Quizá me influyó ese ingreso y un verano entero más escayolado, uno ve las cosas de diferente manera sólo con que le pase algo leve, así que supongo que en casos más graves, se acentuará mucho. Espero tener la suficiente suerte como para no tener que profundizar a la fuerza en el tema.

Hoy tengo una placa en la muñeca izquierda y varias sensaciones primarias sobre el dolor físico, la importancia de la incapacidad, aún leve, de alguna parte del cuerpo en la mayoría de las actividades cotidianas (bueno, eso es una obviedad), la natural fragilidad de mi cuerpo (que me parece monstruosa, dicho sea de paso...pero en fin, es lo que hay, tampoco me voy a poner llorica acabando la entrada). Ese papel me ha recordado todo esto y también algo que no logro saber recordar bien del todo, pero que siento, aunque sea confusamente. Algo así como que me parece muy injusto que todo lo que todos llevamos dentro y vamos enriqueciendo con el paso del tiempo sea tan dependiente de un cuerpo tan sometido a leyes hostiles y cruelmente indiferentes. Que putada xDD. Pero lo dicho antes, no queda sino aceptarlo y batirse con la naturaleza y con quien sea para cuidarnos bien. Y que nos dure mucho!!. Por supuesto, os deseo, nos deseo, muy buena salud a todos.



5 comentarios:

  1. No eches nunca a la papelera esas cosas.

    A ti te pasó esto de vacaciones. Pero yo lo que más recuerdo de una vez que tuvieron que operarme siendo más joven, unos 11 años o así, es el haber faltado a clase en una semana. Una semana no es nada visto ahora, pero con esas edadesuna semana sin ir a clase, sin ver a tus compañeros, era una eternidad, era como un mes de ahora xD Lo que más recuerdo es esa sensación de estar perdiéndote algo, y al volver a clase, esa sensación de sentirte un poco extraño, totalmente perdido en las materias, y totalmente fuera de juego en las conversaciones al no haber visto y vivido todas als cosas que se pueden vivir en una semana a esa edad. Y también sentirme como una especie de mono de feria. Todos queriendo ver los puntos, la cicatriz, casi como un héroe xD

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  2. Del hospital recuerdo vasos de agua que me daban después de despertar de la anestesia, y a mí ese agua me sabía dulce, tenía sabor dulce. No sé si eran imaginaicones mías pero aún recuerdo ese sabor.

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  3. Yo recuerdo cuando alguien faltaba más de un día a clase en el colegio, era algo gravísimo!! :) , todos especulando que cosa podría haber pasado. Luego la maestra nos decía que había pasado y ya la excitación y el nerviosismo se perdían. Y claro, cuando volvía uno después de unos días, era como si fuese un astronauta en vuelta de una misión interestelar peligrosísima, si.

    De esos vasos no me acuerdo, pero es posible que los hubiera, recuerdo que la primera noche la pasé vomitando y pedía agua para quitarme el sabor de boca esos breves minutos antes de volver a sentirme mal.

    Creo que seguiré tu consejo y no tiraré el papelillo a la papelera, aunque esté sucísimo. Gracias!!! :))

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  4. No sé. Como después de la anestesia suelen hacerte mear, si no meas te dan un montón de agua. Y, a lo mejor, a los niños, para que beban más agua, igual se lo dan con un poco de azucar. Esa es la explicación que le doy.

    Esa operaicón fue de hernia inguinal. Pero antes, con 9 años o así, recuerdo que me hicieron una operación bastante superficial, que no era gran cosa, para quitarme una especie de berruga que me salió en el brazo. La idea era darme anestesia local sólo en esa zona del brazo, pero yo entré al quirófano tan histérico, tan rebelado, insultando a todas las enfermeras y a la cirujana (de cuya cara aún me acuerdo) llamándola de puta para arriba, escupiendo, que tuvieron que alterar los planes y darme anestesia general. Me pusieron una mascarilla en la boca y con eso me durmieron sin darme cuenta. Tenía terror!!! Y sólo dos años después estuve calladito y formalito para una operaicón mucho más importante. Curioso cómo se puede madurar tanto en sólo dos años xD

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  5. :) , pues sí, a veces los hospitales nos pueden, y uno intenta vencer esos temores exagerados e irracionales...pero cuando no se puede, no se puede.

    Yo no podía mear y pasé una noche intentándolo...pero vomitar, lo que me pidieran, que mal lo pasé... xD

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